En breve comenzará la
segunda campaña de excavaciones en el Cerro de la Virgen de la Muela en
Driebes, gracias a la subvención concedida por la Junta de Comunidades de
Castilla-La Mancha, con la cofinanciación del Ayuntamiento de Driebes, el
Ayuntamiento de Brea de Tajo y la Asociación de Amigos del Museo de
Guadalajara. Las excavaciones se desarrollarán entre el 23 de Julio y el 10 de
Agosto de 2018.
El proyecto de investigación, denominado "Urbanismo y territorio: excavación arqueológica del sector Noroeste de Caraca (Cerro de la Virgen de la Muela, Driebes, Guadalajara)", cuenta con un equipo interdisciplinar de investigadores, siendo los co-directores del mismo los arqueólogos Javier Fernández Ortea y Emilio Gamo Pazos, forman parte del equipo: Saúl Martín González, David Álvarez Jiménez, Antonio Alvar y Helena Gimeno (Centro C.I.L. II de Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá), Alicia Castillo (Grupo de Investigación Gestión del Patrimonio Cultural, Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología), María Ángeles Perucha, José Francisco Mediato (I.G.M.E.) y Jorge Félix Matesanz (C.A.I. de Arqueometría y Análisis Arqueológico, Universidad Complutense de Madrid).
Retomando
la estela de las primeras prospecciones efectuadas en el yacimiento en el año
2016 y después de ratificar la presencia de un foro, elemento urbanístico que
confiere al enclave el grado de ciudad promocionada jurídicamente, nos
planteamos la necesidad de ahondar en el conocimiento del espacio al noroeste
del cerro. El objetivo principal es conocer el desarrollo urbanístico del yacimiento en una zona
cercana al foro, sus fases cronológicas, estado de conservación y elementos
diferenciadores. Del mismo modo, es el principal interés de esta intervención
realizar un pormenorizado análisis estratigráfico que permita documentar la
fase previa del asentamiento carpetano y la transición hasta la implantación romana.
Se tendrá especial atención a la clasificación de las zonas residenciales, así
como posibles evidencias de conducciones de abastecimiento hídrico o cloacas.
Se pretende excavar en una área cercana al
foro, pero con una distancia suficiente para demostrar el grado de desarrollo
urbano de la ciudad, estado de conservación y posibles reminiscencias de
poblamientos prerromanos de gran interés para conocer el proceso de
implantación de la cultura itálica en el interior de la Meseta. Con el fin de
analizar el propio territorio dependiente del asentamiento, los especialistas
del IGME llevarán a cabo estudios geológicos que puedan aportar información
valiosa en relación a la explotación del entorno circundante.
Tanto
en el valle del Tajo como en la zona elevada del valle del Tajuña se han
encontrado evidencias paleosísmicas durante el Pleistoceno-Holoceno, por lo que
no sería descartable que Caraca se hubiese visto afectada también por esta
actividad sísmica. De este modo se realizará un estudio arqueosismológico, geológico
y geomorfológico del yacimiento y su entorno, con objeto de
discriminar si estos condicionantes pudieron influir en algún momento en el
desarrollo de la ciudad, y también de la evolución geomorfológica del Tajo que ayuda
a entender el desarrollo de los asentamientos humanos en esta zona.
La
posible existencia de inscripciones latinas, tan importantes para
profundizar en la sociedad romana, será supervisada por el Centro CIL II de la
Universidad de Alcalá, una inestimable ayuda para obtener la máxima información
disponible a partir de la epigrafía.
En
definitiva, se propone una campaña de excavación con el objetivo de evaluar el
yacimiento, sus características y encuadre histórico.
Por otra parte, la realización de las
mencionadas excavaciones permite aproximarnos a la fecha en la que la ciudad
fue promocionada jurídicamente, una verificación que implica la mejora de la comprensión del
período histórico de la romanización
en la provincia de Guadalajara.
JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS.
En
otro orden de cosas quienes deseen acudir a las excavaciones arqueológicas en
el Cerro de la Virgen de la Muela pueden ir a las Jornadas de Puertas Abiertas que se realizarán en el yacimiento el Lunes 6 de Agosto con visitas guiadas a las 11 h y las 19 h.
PRECEDENTES: LA PROSPECCIÓN CON GEORRADAR CONFIRMA LA UBICACIÓN DE LA CIUDAD DE
CARACA EN EL CERRO DE LA VIRGEN DE LA MUELA (DRIEBES, GUADALAJARA).
Los arqueólogos eran conocedores de
las posibilidades que aportaba la investigación en el lugar puesto que en 1945
durante la construcción del
canal de Estremera, fue localizado a los pies de este cerro un tesorillo de
plata, con un peso total de 13,8 Kg. distribuidos en 1480 fragmentos que
incluía: tortas de pesos, recipientes, lingotes, sortijas, torques, fíbulas, y
monedas. El tesoro está datado a finales del siglo III a.C. y se expone
actualmente en el Museo Arqueológico Nacional. En este lugar se habían
realizado prospecciones en la década de los años 80 del pasado siglo por parte
de los profesores Jorge Sánchez-Lafuente y Juan Manuel Abascal, que ya
indicaron que se trataba de un importante yacimiento romano y que posiblemente
fuera la antigua Caraca.
En
otoño del año 2016 un equipo de arqueólogos dirigido por Emilio Gamo Pazos y
Javier Fernández Ortea desarrolló una prospección arqueológica intensiva y
geotécnica del cerro de la Virgen de la Muela, ubicado en la localidad de
Driebes (Guadalajara) en la comarca de la Alcarria Baja. Para este propósito se
configuró un equipo multidisciplinar formado por los doctores Jerónimo Sánchez
Velasco, David Álvarez Jiménez y Saúl Martín González y los profesionales del
CAI de Arqueometría y Análisis Arqueológico en colaboración con el Departamento
de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica I (Sección departamental de
Astronomía y Geodesia), de la Facultad de Matemáticas de la UCM. Las
prospecciones fueron financiadas por la Junta de Comunidades de Castilla-La
Mancha, así como por el Ayuntamiento de Driebes y la Asociación de amigos del
Museo de Guadalajara, destacando la amabilidad de los dueños del terreno que
permitieron el desarrollo de esta investigación.
La
metodología de trabajo comenzó con la consulta de bibliografía, cartografía y
fotografía histórica, así como un rastreo de la toponimia. Los trabajos de
campo, se
desarrollaron en dos fases. En la primera, el equipo de arqueólogos
posicionados a intervalos regulares recogió materiales arqueológicos en la
superficie y los georreferenciaron (fundamentalmente cerámica, pero también
fragmentos de estuco con restos de pinturas murales). En la segunda fase se
utilizó un georradar 3D con antena multicanal con una frecuencia de 600 MHz,
para llegar a una profundidad de entre 0 m y 1/1,5 metros en una superficie de
1 hectárea. También se realizó un vuelo de dron con el fin de realizar la
topografía del terreno. Las dos fases fueron complementarias, pues una daba
sentido a la información aportada por la otra. Se esperaba un buen resultado,
aunque lo obtenido con estas técnicas no invasivas superó las expectativas tal
y como se advierte en las publicaciones científicas que han redactado y se
encuentran en prensa.
Los
resultados no pudieron ser más esclarecedores pues se pudo confirmar en el
plano la presencia de una ciudad romana con su urbanismo propio. A través del georradar se observa con claridad una
ciudad romana, con sus espacios públicos, incluido un foro porticado, su Cardo
y Decumano, es decir, sus avenidas principales, posiblemente un macellum o mercado y unas termas además
de una tupida malla de manzanas de viviendas que, además, parecen solaparse en
diversas fases cronológicas de un yacimiento. Por otro lado es posible que la
ermita de la Virgen de la Muela, patrona de Driebes, erigida en el siglo XVI y
que aún pervive en estado ruinoso, se superponga a un antiguo templo en el
centro del yacimiento. Los arqueólogos señalan que el nombre de la ciudad fue Caraca, que aparece citada en las
fuentes clásicas.
Los
materiales cerámicos recuperados por los arqueólogos, permiten saber cuánto
tiempo permaneció ocupado el cerro. Los restos más antiguos son del Final de la
Edad de Bronce, es decir de los comienzos del primer milenio antes de Cristo,
posteriormente el yacimiento continuó ocupado y los carpetanos lo convirtieron
en un poblado de grandes dimensiones que controlaba la fértil vega del Tajo.
Tras la conquista romana el lugar continuó habitado y llegó a convertirse en
una ciudad que alcanzaría, a la vista de los recientes descubrimientos, la
categoría de Municipio que continuó habitado hasta el siglo II d.C.
Otro elemento que ratifica la existencia de
un municipio romano es la presencia de un acueducto inédito que medía 3 km, del
que los arqueólogos localizaron 112 metros de canalización de opus caementicium (el hormigón romano)
conservada. El acueducto, tiene idénticas características al de Segobriga, y tuvo su cabecera en el
manantial de Lucos, también situado en Driebes, un nombre que deriva de latín Lucus y que significa “bosque sagrado”.
La construcción de este tipo de obras iba en consonancia con la
monumentalización de las urbes con estatus municipal. Para cerrar el círculo,
también fueron identificados sillares de grandes dimensiones con decoración
almohadillada, pertenecientes sin lugar a dudas a edificios públicos y restos
de la vía romana que uniría esta ciudad con Segobriga
y Complutum, la llamada vía Complutum-Carthago Nova.
Así,
este equipo de investigación ha constatado la existencia de un núcleo urbano: Caraca, una ciudad sobre cuya
localización ha corrido mucha tinta desde los tiempos de los grandes eruditos
del humanismo hasta nuestros días. Aunque algunos autores han considerado que
este yacimiento antiguo se corresponde con otras poblaciones como Taracena o
Carabaña, la situación geográfica de este cerro encaja perfectamente con la
información ofrecida por Ptolomeo y, en especial, el itinerario tardorromano
del Anónimo de Rávena que localizaba a Caraca
entre las ciudades de Segóbriga (Saelices, Cuenca) y Complutum (Alcalá de Henares) en una calzada que conectaba esta
última urbe con Carthago Nova
(Cartagena), uno de los puertos más importantes de Hispania. Esta vía parece haberse fundamentado principalmente en la
explotación y transporte de una de las principales exportaciones que el
interior peninsular ofrecía al Imperio Romano, el espejuelo o lapis specularis, un mineral
transparente emparentado con el yeso usado
en las ventanas romanas que, finalmente entró en crisis con
la difusión del vidrio en el siglo II d.C., lo cual está posiblemente en
relación con el final de la ciudad. También fue importante en este núcleo
urbano la explotación de la fértil vega del Tajo y el esparto, planta herbácea
que tuvo múltiples usos en la Antigüedad.
Entre los meses de julio y agosto se
desarrollaron excavaciones arqueológicas en el Cerro de la Virgen de la Muela
(Driebes, Guadalajara), un yacimiento que ha sido identificado con la antigua
ciudad romana de Caraca. Las excavaciones arqueológicas fueron financiadas por
la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Driebes con
el apoyo de sus vecinos, la Asociación de Mujeres de Brea de Tajo y la
Asociación de Amigos del Museo de Guadalajara. Asimismo se ha de destacar la
amabilidad de los dueños del terreno que permitieron el desarrollo de esta
investigación.
Las
excavaciones fueron desarrolladas por un equipo interdisciplinar dirigido por
los arqueólogos Emilio Gamo Pazos y Javier Fernández Ortea, contando el equipo
con la profesora María Luisa Cerdeño (Universidad Complutense de Madrid.
Departamento de Prehistoria), Saúl Martin González y David Álvarez Jiménez.
Asimismo, se contó con la inestimable ayuda del Centro CIL II de la Universidad
de Alcalá que supervisó la aparición de grafitos latinos. La presencia de
especialistas en el ámbito de la gestión del patrimonio histórico fue una
herramienta valiosa para conocer los procesos de percepción del gran público en relación a la investigación
científica. Así, la doctora Alicia Castillo (Grupo de Investigación: “Gestión
del Patrimonio Cultural”-Universidad Complutense de Madrid) realizó una aproximación al estudio de la percepción
social sobre el yacimiento arqueológico y de la investigación en
curso en relación con la comunidad local. Por otra parte, los especialistas del
IGME -Instituto Geológico y Minero de España- (Miguel Ángel Rodríguez y María
Ángeles Perucha) analizaron la posición de la caída de los derrumbes para
determinar si existió algún fenómeno
sísmico dados los antecedentes de la cercana ciudad romana de Complutum afectada por un terremoto en
el s. IV d.C. También para completar la documentación del yacimiento
Daniel Méndez (Revives) realizó fotografías de las estructuras exhumadas para
posibilitar su posterior virtualización,
mejorando de este modo la comprensión de las mismas.
Los
objetivos alcanzados en la presente intervención suponen la verificación de los
resultados del georradar 3D del CAI de Arqueometría de la Universidad
Complutense en el proyecto previo de Prospección arqueológica intensiva y
geotécnica del cerro de la Virgen de la Muela, Driebes (Guadalajara). En
este sentido, los resultados proyectados arrojaron la presencia de una planta
urbanística plenamente establecida en las dos calles principales de una ciudad
romana (cardo y decumano) y el foro. Por lo tanto, este proyecto de
investigación efectuó una evaluación mediante excavación arqueológica de
la importancia del enclave con el objeto de mejorar su comprensión y facilitar
su protección como conjunto patrimonial. La presente intervención registró
la estratigrafía de la ciudad y permitió conocer las diferentes fases
cronológicas del desarrollo urbanístico del enclave.
La existencia de un espacio diáfano, rodeado
al sur por una columnata a modo de pórtico, al NE una sucesión de estancias
orientadas de NO a SE y al norte por dos habitáculos de grandes dimensiones, al
sur de la actual ermita, confirmó que se trata del foro de la ciudad, es decir,
el área pública y administrativa del núcleo urbano. Las excavaciones se
centraron en el foro. La confirmación de la existencia de un foro permite constatar que los
restos identificados se corresponden con un municipio en el Cerro de la Virgen
de la Muela. Este dato supone un hito de primer orden científico puesto que
avala la identificación de la primera ciudad romana de la que se tiene
constancia fehaciente en la actual provincia de Guadalajara.
Las excavaciones
arqueológicas en el Foro han permitido documentar un pórtico en su parte meridional y en su parte oriental un edificio de dos alturas, cuyo piso
inferior estaba destinado a una taberna y su piso superior, a juzgar por los restos constructivos, tuvo probablemente una
función pública. Se intervino, asimismo, en una parte del decumano, en base a la interpretación previa
del georradar, que apuntaba la presencia de un empedrado.
EQUIPO ARQUEOLÓGICO CARACA-CERRO
DE LA VIRGEN DE LA MUELA (DRIEBES, GUADALAJARA).